Los áraos siempre me han parecido unas aves interesantes con esas formas tan "pingüinescas" y su plumaje tan abigarrado pero no ha sido hasta que los he tenido a menos de un metro de distancia y en la plenitud de su plumaje nupcial cuando me he dado cuenta de lo realmente alucinantes que son estas aves. Tal vez no luzcan un aspecto tan colorido como los frailecillos o una expresión tan simpática pero de cerca son increiblemente armoniosos.
La textura del plumaje, organizada en capas delgadas, apretadas como si escamas se tratara, la enorme vida que tiene sus ojos, el llamativo color del interior del pico y esa estructura de plumas apretadas que forma una línea acanalada tras el ojo.... uf, son alucinantemente hermosos :-)