Nikon S300, AFS Nikkor 70-200 VR f4 + 1,4X-TC, a pulso, exposición manual, ISO800 |
Estos días estoy dedicando un buen rato a fotografiar ánades reales para matar el gusanillo fotográfico que tengo. La primavera ha llegado, el campo está pletórico, la marisma a rebosar de agua y hay miles de aves acuáticas por todas partes pero la luz y la climatología no acompañan. Sin lugar a dudas, esta primavera va a ser realmente buena para fotografiar aves acuáticas y estoy deseando que las nubes y la lluvia den una tregua para lanzarme al campo.
Mientras tanto los ánades reales que habitan el río junto a mi casa suponen una buena oportunidad para fotografiar: lucen un plumaje espléndido, están a cinco minutos de casa y no muestran la más mínima timidez ante la cámara.
Este macho posó durante cinco minutos a apenas dos metros de la cámara, algo realmente asombroso para un animal salvaje aunque haya aprendido que los humanos que frecuentan el río no hacen sino llevarles pan y... bueno, alguno que otro que les hace fotos ;-)
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