sábado, 23 de febrero de 2013

Águila real

Nikon D300, AFS Nikkor 70-200VR II, exposición manual, a pulso
Ésta imagen corresponde a la misma sesión y al mismo ejemplar adiestrado de la entrada anterior, un macho subadulto de águila real realmente colaborador. La luz ya estaba un poco dura para mi gusto pero la pose tan "aquilina" de esta imagen hace que me guste mucho.

Adjunto también un detalle del plumaje que realicé con la Nikon V1 y el 1-Nikkor 10-30mm, un objetivo que cada día me hace disfrutar más porque es increíble que un objetivo tan pequeñito y que parece de juguete ofrezca tanta calidad :-)

Nikon V1, 1-Nikkor 10-30, a pulso, exposición manual

Detalle de la imagen anterior



martes, 12 de febrero de 2013

Luz real

Nikon D300, AFS Nikkor 70-200VR II, a pulso, exposición manual

Hace poco tuve la ocasión de fotografiar a un águila real adiestrada y volando sin pihuelas, tan solo con un radio transmisor que no se aprecia en la foto. Mi intención era conseguir material de referencia para un cuadro que estoy planificando y que, por cierto, no acaba de arrancar. Buscaba conseguir detalles del plumaje, retratos de la cabeza, luces, detalles anatómicos… un poco de inspiración.
Uno no se encuentra todos los días con una ocasión como la que se me presentaba y mi intención era, además de conseguir material de referencia, divertirme todo lo posible. Evidentemente, para un pajarero como yo, el hecho de fotografiar un animal adiestrado hace que se pierda buena parte del encanto pero la experiencia me ha enseñado que cuando menos se espera surge una buena ocasión.
En este caso, no saltó una liebre pero, en un momento dado, el águila se puso a volar sobre un profundo y oscuro valle y en ese momento todo cambió. En décimas de segundo, en mi cerebro saltaron todas las alarmas fotográficas y se puso en marcha esa "maquinaria mental" por la cual los sentidos y los deseos se conjuran para hacerte prever una imagen y que hace que saltes como un resorte. 
Viendo lo que iba a pasar, o mejor dicho, deseando que ocurriera, me coloqué en posición adecuada deseando que “su majestad” se acercara a dónde estábamos y que la ladera actuara como reflector natural para crear una luz de relleno cálida en ese contraluz que se me venía encima. La umbría opuesta, cubierta de vegetación mediterránea, proporcionaba un fondo oscuro para realzar el perfil iluminado del águila y el dramatismo de la escena y, simplemente... ocurrió. Justo cómo estaba imaginando y deseando. Un eterno segundo de luz y color que pude capturar en un puñado de fotogramas. 
Hace unos 20 años, cerca de Alcalá de los Gazules, viví una escena calcada a ésta aunque el protagonista era un azor salvaje que portaba una torcaz que acababa de capturar. Recuerdo como apareció de repente, ignorante de mi presencia, contra un fondo oscuro idéntico, una fantástica luz reflejada y un azor que pasó a tiro de piedra... solo me faltó la cámara, y la destreza/suerte para haber podido capturar con ella la escena.
El otro día me faltó el lado salvaje del águila pero tuve la cámara, tuve la suerte de capturar las imágenes y tuve la suerte de compartir el momento con un buen amigo :-)


miércoles, 6 de febrero de 2013

Cisne a ISO1600

Nikon V1, FT-1, AFS Nikkor 70-200VR II, a pulso, exposición manual, ISO1600, 1/800s, f6,3

Como en otras ocasiones que salgo a pasear por la ciudad, la otra tarde decidí llevar una cámara por si surgía una ocasión interesante así que metí en la mochila la Nikon D300, el AFS Nikkor 70-200 VR y la Nikon V1 con el 10-30. La tarde estaba arisca, nublada, tristona y un poco gélida... lo que viene siendo una tarde de perros, pero este cisne en el estanque del parque se mostraba realmente colaborador y permitió que me acercara a apenas un par de metros de distancia. A pesar de las pésimas condiciones de luz y de tener que subir hasta ISO1600 tenía muchas ganas de fotografiar algo así que me puse manos a la obra, aunque con pocas expectativas de sacar algo. Tras unos cuantos minutos usando la D300 con el 70-200 sin que los encuadres me convencieran mucho decidí probar con la V1 en busca de algo distinto. Con la V1 y el 70-200 y un animal a un par de metros los encuadres no tienen nada que ver con los que estaba consiguiendo con la D300. El encuadre dominado por zonas de color muy claro y muy pocas áreas oscuras me animó a subir hasta ISO1600 ya que los blancos iban a generar poco ruido y a una distancia tan cercana no iba a perder demasiado detalle en las zonas oscuras.
Esta es una de las imágenes que conseguí, procesada en las zonas oscuras para reducir el efecto del ruido digital, y con ajuste de niveles para compensar la falta de contraste de la tarde tan tristona que hacía.   

Detalle al 100% de la imagen anterior