Los retratos de aves en vuelo no son muy frecuentes por diversos motivos: la dificultad de encuadrar un sujeto que se mueve muy rápido, la necesidad (casi perentoria) de hacerlos a pulso, el pequeño tamaño de la mayoría de las aves, distancias focales muy grandes, la imprevisibilidad (generalmente) de la trayectoria de vuelo o la necesidad de mucha luz para disponer de una velocidad de obturación lo suficientemente alta. En nuestras latitutdes, además, hay que considerar que las aves son muy desconfiadas y no dan grandes facilidades. Sin embargo, en otras zonas del mundo dónde las aves son más confiadas tampoco abunda este tipo de retratos. A pesar de la dificultad que estriba su realización, creo que un retrato en vuelo es la quintaesencia de la fotografía de aves ya que los plasma en la acción que mejor caracteriza a las aves: volar. Siempre que tengo ocasión, intento hacer este tipo de retratos con distinta fortuna. Unas veces con más recorte y otras con menos pero, poco a poco, me voy haciendo con una colección de retratos en vuelo. Eso sí, siempre de especies de gran tamaño y de vuelo lento. A los flamencos en concreto, les tengo muchas ganas y aunque todavía no he conseguido el retrato que tengo en mente ya me voy acercando. Mi intención es conseguir un formato completo en el que solo se vea el cuello estirado en horizontal y la cabeza, sobre un fondo limpio.
Lo de sostener un 500 a pulso no es ninguna proeza, ni una cuestión de fuerza sino de técnica. Tanto el 500 como el 300 están my bien equilibrados para usarlos a pulso mientras que el 400 y el 600 están equilibrados para trípode. Basta con ver las diferencias en el pie de esos objetivos para hacerse una idea de dónde está el centro de gravedad, lo cual es más importante a la hora de sostenerlos que el peso (en mi opinión). Yo solo lo sostengo a pulso durante un par de minutos como máximo y si estoy con el coche parado y el sujeto está inmóvil lo suelo apoyar en la ventanilla. Para vuelos es FUNDAMENTAL usar una velocidad de obturación adecuada ya que la definición depende de ello. Como mínimo 1/1000s. Si se puede usar f8, mejor, lo cual implica que hay que subir ISO en muchas ocasiones. Objetivos más ligeros (100-400, 80-400, 50-500, 120-300, etc) son más fáciles de mantener a pulso pero al ser más ligeros, son menos estables. De todas formas, cuando disparas 1/1500s o 1/3000s muy mal tiene que estar el pulso para que una imagen salga movida, incluso se puede desactivar el estabilizador de imagen tranquilamente para que no estorbe.
Respecto a la composición, en la mayoría de las ocasiones, no es posible hacerla en cámara y hay que recortar pero a veces sí es posible si se cumplen las siguientes condiciones: 1) aves de gran tamaño, 2) vuelo lento, 3) ejemplares confiados, 4) patrones de vuelo predecibles y 5) repetibles. Estas circunstancias las he encontrado en algunos sitios y para especies como buitre leonado, cigüeña blanca, gaviota patiamarilla y flamenco. Con otras especies de menor tamaño también pero, en el mejor de los casos, implican recortes de más del 50%.
Con esta última serie de flamencos volando incluso fue posible usar un sensor de enfoque que no fuera el central y elegir uno en la derecha de la pantalla de enfoque lo que ha permitido que la composición se acerque más a lo que busco. En concreto, no sé si en esta foto lo hice, pero sí en varias de la misma serie y funcionó bien. Eso sí, los flamencos estaban muy, muy confiados (las fotos están hechas de pie en un camino público, sin ocultación y muy transitado) y entraban una y otra vez por el mismo sitio para aterrizar así que no fue complicado pillarlos. Eso sí, el próximo día me camuflo para que se acerquen un pelín más ;-)
Nikon D300, AFS Nikkor 500VR+1,4X-TC, a pulso, exposición manual (encuadres entre 9,5 y 11 Mp)
Aprovecho para mostrar una opción que un compañero de Fotonatura me ha sugerido, una panorámica de la foto del flamenco que también me gustacomo queda :-)