Nikon D300, AFS Nikkor 500VR+1,4X-TC, a pulso, exposición manual
Seguramente, esta es una de las fotografías de mayor dificultad que he realizado nunca y una de las más satisfactorias también. He soñado muchas veces con ver y fotografiar a un halcón peregrino a plena velocidad, llenando encuadre y con una luz magnífica pero el día que hice esta foto, ni por asomo esperaba encontrarme con una escena como ésta. Una luz dramática sobre el proyectil viviente y un fondo que combina los detalles de la roca con la homogeneidad de la sombra que ayuda a aislar al protagonista. La enorme velocidad del ave y el tiempo necesario para encuadrarlo sólo me permitieron hacer tres fotogramas de los cuales tan sólo uno tiene la definición necesaria. Me hubiera gustado que el peregrino estuviera un poquito más cerca para evitar el pequeño recorte que tiene esta imagen pero, poco más. De esta foto me gusta la sensación de vacío que genera la oscuridad, la iluminación que baña, por parejo, al ave y a las rocas y que añade volumen a la escena, el espacio libre en la dirección de vuelo y la mirada fija del ave en su objetivo.He fotografiado a este mismo ejemplar en varias ocasiones y lo he tenido mucho más cerca pero ninguna foto me llena tanto como ésta. Cada vez que la veo, no puedo más que imaginarme a David Attemborough diciendo, con esa fabulosa pronunciación de la que hace gala y con esa maravillosa capacidad para transmitir la emoción por la naturaleza, “A peregrine falcon, the fastest bird on earth”
Esta fotografía, junto con otras dos más, ha alcanzado este año la etapa de semifinales en el BBC-Veolia Wildlife Photographer of the Year 2011. Es la segunda vez que participo y la primera que llego tan lejos. Espero que el año que viene consiga llegar un poquito más lejos todavía y no estaría nada mal encontrarme por allí a Sir David ;-)