viernes, 25 de mayo de 2012

El pene de las malvasías (Nikon V1)



 Nikon V1, FT1, AFS Nikkor 500 VR, trípode y wimbery, exposición manual

El otro día tuve la oportunidad de fotografiar el comportamiento sexual de un par de parejas de malvasía cabeciblanca. La luz iba y venía y cuando se produjo la primera cópula el sol de la mañana dejó paso a esa luz grisácea y sombría de un cielo cubierto. Para más fastidio, la pareja eligió el único punto de mi campo visual que estaba tapado por unas ramitas secas de taraje que se movían con el viento. Solo había una opción, enfocar a mano, bloquear enfoque (aunque con la V1 esto no es necesario) y confiar en que entre el movimiento de las ramas habría alguna imagen limpia de interferencias. De la cópula sólo pude sacar una foto decente pero nada más terminar se pusieron en un punto despejado y pude hacer alguna cosa adicional como éstas imágenes en las que se puede observar la anatomía sexual del macho.


Las anátidas, junto con los avestruces, son uno de los poquísimos grupos de aves en los que los machos tienen una especie de pene con forma de sacacorchos y con ganchitos. Una curiosa estructura cuya función, se teoriza, con que está relacionada con la competición espermática en especies promiscuas. Tras una búsqueda en internet no he conseguido encontrar una sola imagen de este tipo en malvasía cabeciblanca aunque si he encontrado algunas sobre otras especies del mismo gñenero y algunos artículos interesantes. Parace que el record en este asunto lo ostenta una especie de malvasía americana, Oxyura vittata, con hasta 42 cm de longitud, un dato notable para un animal de apenas 45 cm.

Adjunto dos artículos (con fotos) sobre el anatomía y las diferentes hipótesis que intentan explicar esta característica, publicados en dos de las revistas científicas más prestigiosas del mundo (Nature y The Auk) y una foto adicional del asunto en Oxyura jamaicensis.

martes, 22 de mayo de 2012

Galápago de Florida


Nikon V1, AFS Nikkor 500VR, trípode, wimberly, exposición manual

Este fin de semana he disfrutado de un par de magníficas sesiones en una gravera en la que habitan especies tan interesantes para mí como la malvasía cabeciblanca o la focha moruna,  entre otras muchas especies de aves acuáticas. 
Fotográficamente, los resultados han sido muy buenos y he conseguido una amplia variedad de imágenes de esos seres que me vuelven loco y que tienen la costumbre de volar pero la fotografía que más me gusta de todas no la protagoniza un animal con plumas, ni una especie rara, ni amenazada, ni siquiera un endemismo sino un ejemplar de una de esas especies exóticas que invaden los ecosistemas autóctonos. Un galápago, Trachemis inscripta. Uno de los muchos que pueblan la gravera y que amenazan con desplazar al único ejemplar de galápago autóctono (Mauremis leprosa) que pude observar. Animales demonizados hasta la saciedad y que, al fin y al cabo, no tienen más culpa que la de intentar sobrevivir como pueden. 
Mientras esperaba la presencia de una malvasía me entretuve en hacer algunas fotos a este ejemplar, a la sombra de los carrizos, asomaba la cabeza entre las olas que el viento producía. 
Una foto complicada por las condiciones de luz y por la dificultad de conseguir enfocar la cabeza y reencuadrar (la V1 solo me permite usar un punto central de enfoque) mientras que el viento cambiaba la posición del teleobjetivo y del animal pero que se ha convertido en mi favorita de la sesión. De esta foto me gustan mucho esas texturas sensuales del agua, el contraste entre colores complementarios, la luz y la composición y lamento muccho no haber prestado más atención a este modesto animal porque estoy seguro que hubiera sido el protagonista de muchas más fotos interesantes. En la próxima visita a la gravera no pasará lo mismo ;-)


miércoles, 9 de mayo de 2012

Posados (Nikon V1) y acción (Nikon D300)

 Nikon V1, FT1, AFS Nikkor 500VR, trípode, Wimberly II, exposición manual

Nikon D300, AFS Nikkor 500VR+1,4X, trípode, Wimberly II, exposición manual

Desde que tengo la V1 no concibo salir a fotografiar sin asumir que voy a llevar y a usar dos cámaras muy diferentes, a pesar de que el otro día lo de las malvasías me pillara fuera de juego. Llevar una cámara para acción (D300) y otra muy diferente para fotografía estática (V1), un solo teleobjetivo y un multiplicador (1,4X) supone que la cantidad de combinaciones que se pueden obtener es muy alta. Por supuesto, esto también implica que la acción tendrá lugar cuando tenga montada la V1 y que las aves se colocarán más lejos y quietas cuando tenga montada la D300. Lógicamente más de una vez la ocasión fotográfica te pilla fuera de juego, con una configuración inadecuada, así que el conocimiento del lugar, del comportamiento de la especie que fotografías y una buena dosis de anticipación son ingredientes esenciales para conseguir sacarle el máximo partido a un tándem de este tipo.
Estas fotos de cigüeña sirven de ejemplo para ilustrar el uso que le estoy dando a las dos cámaras. La imagen estática está capturada con la V1 y me permitió realizar una imagen con una excelente calidad sin tener que recortar y sin necesidad de usar un teleconvertidor (al tiempo que me permitió incluso capturar una pequeña secuencia de vídeo, algo que no puedo hacer con mi D300). La imagen de acción se realizó con la D300 y el teleconvertidor a pesar de lo cual tuve que recortar un poco para conseguir el encuadre adecuado.  
Aproximadamente el 40% de las fotos de esta escapada fotográfica de varios días se hicieron con la V1 mientras que el 60% restante, que incluye a todas las fotos de acción además de algunas estáticas, las hice con la D300. Las combinaciones de que usé fueron (datos aproximados): D300 y 500VR (45%), D300 y 500VR+1,4X (15%), V1 y 500VR (35%), V1 y 500VR+1,4X (5%). Aparte de la cantidad de fotos que hice con la V1 me llama la atención que tan solo un 20% de las fotos se realizaron con el teleconvertidor cuando lo normal es que lo use prácticamente en un 100% de los casos. Parece que la V1 está disminuyendo mi necesidad de usar un accesorio que para mí era básico. Esto significa que puedo usar el 500 a pelo muchas más veces y que puedo disfrutar más frecuentemente de usar el objetivo sin teleconvertidor.
Me sigue pareciendo sorprendente el hecho de que a pesar de la enorme cantidad de restricciones que impone la V1, el uso de un accesorio tan sencillo como el adaptador FT-1 tenga un impacto tan grande en mi estilo fotográfico y en el placer de fotografiar.
Dice Brad Hill, fotógrafo profesional de naturaleza canadiense y uno de los revisores de material Nikon que me parecen más rigurosos y respetables, que el FT-1 es un “game changer” y yo no podría estar más de acuerdo con esta afirmación.  

viernes, 4 de mayo de 2012

Ya solo me falta un bautizo







Nikon D300, Nikon V1, FT1, AFS 500VR+1,4X-TC, trípode, exposición manual

Siempre he renegado bastante de los eventos sociales pero empiezo a plantearme seriamente cambiar mi actitud al respecto. A lo mejor ya soy un fotógrafo de tipo BBC porque la suerte fotográfica me acompaña cada vez que acudo a uno de los eventos sociales que se incluyen en la categoría “Bodas, Bautizos y Comuniones”.

Hace unos meses acudí a una boda en Murcia y en las inmediaciones del hotel dónde me alojaba encontré un buen lugar para fotografiar. A la mañana siguiente del evento, mientras buena parte de los invitados aún dormían, yo me pasé un par de horas disfrutando de los lances de pesca de la gaviota picofina más desvergonzada y colaboradora que me he encontrado nunca (gaviota picofina).

Este fin de semana he acudido a la comunión de unos sobrinos en Almería y a la mañana siguiente al evento me decidí a probar suerte en unas graveras que ya conocía pero en las que nunca había estado fotografiando. Estaba tan convencido de que no iba a encontrar gran cosa que incluso me permití llegar a una hora en la que la luz era muy dura y con la batería de la V1 prácticamente agotada pero la mañana se reveló como muy productiva ya que había un grupo de malvasías absolutamente despreocupadas de mi presencia y totalmente relajadas. Una pena que la batería de la V1 estuviera en las últimas y que ya fuera tan tarde porque ahora podría estar mostrando algún primer plano de malvasía con todo lujo de detalles.

En fin, habrá que volver. A ver si me invitan pronto a un bautizo ;-)