Nikon D300, AFS Nikkor 500VR, exposición manual, ISO800, trípode+wimberly, sin hide
No entiendo muy bien porqué los fondos blancos no suelen gustar mucho en fotografía de naturaleza. A mí, desde luego, me resultan sumamente sugerentes y tal vez sea porque me recuerdan mi otra gran pasión, la pintura de aves, en la que durante buena parte de mi vida el papel o el lienzo blanco han sido un elemento cotidiano.
El día prometía un magnífico amanecer y mi intención era fotografiar picofinas con luz a favor pero, sobre todo, a contraluz, haciendo picados y zambullidas para obtener resultados parecidos a los del año pasado (ver) pero, desafortunadamente, el lugar dónde tenía mi cita con las gaviotas estaba cubierto de nubes así que tuve que cambiar los planes. Muchos fondos blancos, luz suave, pero escasa así que a tirar de ISO y a olvidarme de capturar momentos de acción.
Al final el sol me regaló unos minutos de luz y conseguí algunas fotos más o menos decentes pero ni un solo picado o zambullida. Parece que las genei solo querían hacer sus filigranas aéreas cuando no había luz :-)
3 comentarios:
muy bueno el post y saludos desde mi blog
Pues a mí esos blancos me parecen de lo más estético. Un gran trabajo.
Joanca y José María, gracias por pasar y comentar :-)
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