A estas alturas del blog, muchas de las personas que visitan este espacio se habrán percatado de que los chotacabras, las zumayas, son algo más que la cabecera de esta web y que tengo un vínculo muy intenso con esta especie. Mucho ha llovido desde mi primer encuentro a los 8 años con la zumaya (leer más...) e incluso desde que leí mi Tesis Doctoral sobre el comportamiento de los chotacabras en 1997, pero todavía me siguen fascinando y a poco que mi olfato me avisa de que hay zumayas me pongo a buscarlas. Ayer fue un día de reunión familiar, en una casa de campo ubicada en un entorno que reúne las características adecuadas para los chotacabras así que decidí llevar el teleobjetivo y el trípode. Por si acaso. El día mezclaba episodios nubosos con tímidos asomos solares por lo que la luz y la temperatura invitaban a dar un paseo entre olivos para buscar a estos invisibles personajes que son las zumayas. Invisible quizás sea un adjetivo excesivo pero no mucho ya que el camuflaje y el comportamiento de estas aves hace que su localización sea todo un desafío. La experiencia y el entrenamiento del ojo son la clave para localizar a estas aves posadas en el suelo antes de que salgan volando a nuestros pies, la forma más frecuente de encontrarse con ellos. Tras media hora de búsqueda, mirando los pies de olivo que me parecían adecuados, encontré una zumaya. Estaba al pie de un tronco, en medio de la maraña de hojas secas y ramitas correspondiente y a unos 10 m de mi posición algo que puede parecer imposible pero que no es complicado si, como yo, has desarrollado una “imagen de búsqueda” para los chotacabras (1) basada en una larga experiencia con estas aves. Al final, la zumaya me proporcionó una buena sesión fotográfica y permitió, sin inmutarse, que la retratara desde distintos ángulos, con luz cambiante, a distintas distancias y con todas las combinaciones del teleobjetivo con los dos TC que llevaba. Magnífico animal :-)
lunes, 30 de mayo de 2011
Zumayas e imagen de búsqueda
A estas alturas del blog, muchas de las personas que visitan este espacio se habrán percatado de que los chotacabras, las zumayas, son algo más que la cabecera de esta web y que tengo un vínculo muy intenso con esta especie. Mucho ha llovido desde mi primer encuentro a los 8 años con la zumaya (leer más...) e incluso desde que leí mi Tesis Doctoral sobre el comportamiento de los chotacabras en 1997, pero todavía me siguen fascinando y a poco que mi olfato me avisa de que hay zumayas me pongo a buscarlas. Ayer fue un día de reunión familiar, en una casa de campo ubicada en un entorno que reúne las características adecuadas para los chotacabras así que decidí llevar el teleobjetivo y el trípode. Por si acaso. El día mezclaba episodios nubosos con tímidos asomos solares por lo que la luz y la temperatura invitaban a dar un paseo entre olivos para buscar a estos invisibles personajes que son las zumayas. Invisible quizás sea un adjetivo excesivo pero no mucho ya que el camuflaje y el comportamiento de estas aves hace que su localización sea todo un desafío. La experiencia y el entrenamiento del ojo son la clave para localizar a estas aves posadas en el suelo antes de que salgan volando a nuestros pies, la forma más frecuente de encontrarse con ellos. Tras media hora de búsqueda, mirando los pies de olivo que me parecían adecuados, encontré una zumaya. Estaba al pie de un tronco, en medio de la maraña de hojas secas y ramitas correspondiente y a unos 10 m de mi posición algo que puede parecer imposible pero que no es complicado si, como yo, has desarrollado una “imagen de búsqueda” para los chotacabras (1) basada en una larga experiencia con estas aves. Al final, la zumaya me proporcionó una buena sesión fotográfica y permitió, sin inmutarse, que la retratara desde distintos ángulos, con luz cambiante, a distintas distancias y con todas las combinaciones del teleobjetivo con los dos TC que llevaba. Magnífico animal :-)
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5 comentarios:
Que gran entrada Juan, no solo por las fotos tan estupendas que has puesto, sino por tus explicaciones que son de lo mas interesantes.
Te imagino haciendo el acercamiento y y me sube a mi la adrenalina, jeje.
Un abrazo.
Pues ahora ya sé el orígen del nombre de tu blog... siempre me intrigó, jeje. Y es que no vi la otra entrada.
Esta entrada es muy buena, grandes fotos y gran texto.
Esos bichos son de lo más misterioso... incluso inquietantes, esa manera de estarse quietos, con los ojos entrecerrados. Y cuando los abren parecen un agujero negro... absorben toda la atención.
Por mis tierras es rarísimo el chotacabras pardo, pero el gris adereza todas las noches de verano, y lo tengo grabado a fuego.
Saludos!
Hola Juan. Muy interesantes las imágenes obtenidas. Al verlas juntas queda de manifiesto tu buen hacer a la hora de aprovechar una oportunidad fotográfica.
El texto me ha parecido impresionante ya que desconocía el concepto de la imagen de búsqueda. Toda esta primavera la estoy dedicando a buscar y fotografiar aves de las zonas de estepa y secano cercanas a Lleida pero aún no he podido encontrar chotacabras. Seguiré tus indicaciones a ver si doy con alguno. Un abrazo.
Muchas gracias por vuestros comentarios que, tratándose de fotos de chotacabras, agradezco incluso más que en otras ocasiones :-)
Óscar, espero que tengas suerte, con un poco de práctica y ojo avizor, no es complicado
Hola Juan! Impresionante esta serie de los chotacabras, con unas aproximaciones excelentes! Yo creo que la admiriación que sientes por esta especie es recíproca....de lo contrario no entiendo como es posible que tus zumayas te dejen arrimarte tanto! Muy interesante el tema de la tasa de búsqueda, seguramente con más importancia en el aprendizaje de la que actualmente se conoce. UN abrazo!
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