Nikon D300, AFS Nikkor 500VR, a pulso, exposición manual
Me gustan las imágenes
que cuentan historias y que no son un simple retrato de una especie hermosa o
interesante. Me identifico con las fotografías que tienen como ingrediente
principal elementos como la luz, el ambiente, el hábitat, la composición, la
acción o el espacio frente a otras en los que dichos elementos no tienen un
gran papel o, sencillamente, están ausentes. Cada vez más, busco encontrar
inspiración en los contraluces y la integración del sujeto principal en su
entorno y, de hecho, en algunas de las imágenes que más me atraen, es difícil
distinguir si el sujeto principal es la
luz, el hábitat, unos desenfoques o una de las aves que tanto me gusta
fotografiar. Creo que ese tipo de fotografías ofrecen más posibilidades de creación
al tiempo que permiten dibujar una imagen más realista de los sujetos que
fotografiamos y de su integración en el entorno que habitan. Es muy diferente fotografiar
a un uso polar, llenando encuadre y con la luz de uno de esos bonitos y escasos
días árticos de sol y cielo azul, que fotografiarlo en medio de una ventisca de
nieve y ocupando muy poco espacio en el fotograma, poniendo de manifiesto la
dureza del entorno que habita y la inmensidad de los espacios que ocupa. Con
esto no quiero decir que un tipo de fotografía sea mejor que el otro, o más
difícil, o más satisfactorio ya que eso es algo muy personal y subjetivo. Lo
que sí tengo claro es que fotografiar siempre un sujeto llenando encuadre, con
un fondo homogéneo e inmaculado y con iluminación directa limita mucho mis
posibilidades de creación y que necesito más elementos para componer imágenes
que me gustan. También es cierto que muchas veces basta con una pose
interesante o una mirada penetrante para que nos olvidemos del fondo homogéneo,
la luz directa, del posadero perfecto y de cualquier otra cosa.
Un día de la semana
pasada, saturado de las negatividades que diariamente nos bombardean en los
últimos tiempos, decidí escaparme un rato al campo para recargar pilas. En
soledad, buscando la inspiración fotográfica que últimamente me esquiva, y con
la intención de fotografiar garcillas bueyeras a contraluz, contra los intensos
fondos verde/dorado de los arrozales que bordean el Parque Natural de Doñana.
La tarde se prometía muy sosa ya que las aves se mostraban esquivas y escasas
pero justo antes de que el sol empezara a esconderse me topé con una enorme
bandada de tejedores amarillos (Euplectes
afer). Durante un buen rato estuve fotografiando las idas y venidas del
bando entre los arrozales y cañaverales y la anodina tarde se convirtió en una
intensa sesión de disfrute fotográfico. Tuve que tirar de ISO porque la luz se
iba por momentos y las aves se movían muy rápido pero pude capturar una buena
colección de imágenes del movimiento de los bandos que protagonizarán una
próxima entrada en el blog. Pero las fotos que más me gustaron y con las que
más disfruté son las que hoy protagonizan esta entrada y que retratan el
hábitat y la atmósfera que envolvía al bando aquella tarde: la luz del sol que
se extingue, flitrándose por el humo de las rastrojeras y el patrón de líneas
verticales, cálidas y desenfocadas, del cañaveral en el que se mueven los
tejedores y unos cuantos de esos pajarillos, cuya silueta se perfila por la luz
solar, muy pequeños en el encuadre y listos para pasar la noche.
El balance de la tarde
fue el reencuentro con la inspiración y algunas de las fotos más satisfactorias
que he hecho en los últimos tiempos. Este tipo de fotografía de naturaleza es
la que me resulta más gratificante aunque, en lugar de vérmelas con un oso en
el crudo clima polar me tenga que enfrentar a unos pajarillos en la calidez de
una tarde otoñal andaluza. Es la luz, la acción o la atmósfera lo que me atrapa
e intento capturar.
Es, en definitiva, el alma de las fotos.
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo con todo lo que dices. Unas fotos de tejedores en su ambiente muy bonitas, para emarcarlas bien grandes e el salón de casa.
preciosos tejedores y envolvente ambiente el que has conseguido Juan. Sin duda son fotos con alma y mucho de tu parte. Un abrazote compañero!
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