Nikon V1, AFS Nikkor 70-200 f4 VR, exposición manual |
Nikon V1, AFS Nikkor 70-200 f4 VR, exposición manual |
Nikon D300, Tamron SP 150-600 VC, exposición manual |
Me apasionan los documentales de naturaleza. No sé cuantas veces he visto repetidas secuencias de cocodrilos y caimanes convertidos en un par de ojos que asoman, acechantes, por encima del agua. Un par de ojos que se convierten en cuatro cuando el río, la laguna o el pantano se convierten en un espejo debido a la calma del agua.
Siempre he tenido ganas de fotografiar algo así, a ras de agua, pero por desgracia no tengo cocodrilos a mano y, por fortuna, no me veo metido en el agua con semejantes bicharracos. Seguro que estarían encantados de ofrecerme alguna oportunidad de hacerles algún primer plano o macro de sus fauces je, je.
El otro día se me presentó la oportunidad de fotografiar una escena de este tipo aunque con una especie menos peligrosa y en unas condiciones que me permitieron no tener que mojarme siquiera. A pesar de que las ranas comunes y corrientes no sean tan espectaculares como los saurios citados el poder contemplarlas desde una perspectiva tan especial como ésta hizo que me resultara inevitable establecer paralelismos. A micro escala, pero paralelismos al fin y al cabo. Supongo que para muchos invertebrados acuáticos estos cuatro ojos deben ser tan temibles como un caimán de cuatro metros aunque claro, para la mayoría de libélulas, moscas, efémeras y demás presas de estos batracios cuatro ojos deben parecerles un número muy escaso... ;-)
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