La Zumaya es uno de los nombres locales de mi especie favorita.... el chotacabras cuellirrojo (Caprimulgus ruficollis). He pasado incontables horas, días y años observando chotacabras, buscándolos en el campo, leyendo e investigando sobre ellos durante más de 30 años.
Mi relación con los chotacabras se inició cuando tan sólo tenía 8 años. Estaba dormido en el asiento del copiloto de un coche que mi padre conducía de regreso a casa después de pasar el día entero en el campo. Un largo día buscando imaginarios nidos de águila entre los olivares… los sueños de un niño arropado por los maravillosos sonidos de una noche mediterránea de verano. Mochuelillos saludando con sus preciosos reclamos la llegada de la noche, las aflautadas llamadas de los alcaravanes y una miríada de grillos cantando desde la oscuridad. El camino era tierra y polvoriento así que mi padre conducía despacio pero, de pronto, algo chocó contra el cristal del coche y me sacó del sueño en un segundo. “¿Qué ha sido eso papá?” pregunté con el corazón en un puño. “No estoy seguro pero creo que hemos chocado con un pájaro”. Cuando mi padre paró, salté del coche y en medio del camino había un pájaro del tamaño aproximado de una tórtola. “Qué pena que está muerto. Pobrecillo” dijo mi padre mientras lo cogía para mostrármelo. Sus aterciopelados ojos eran sorprendentemente grandes, oscuros y preciosos, el pico y las patas muy pequeños y las plumas suaves como un susurro, cubiertas de texturas marrones, grises y negras. Nunca había visto un ave como aquella. Mi padre me dijo que era una zumaya, una especie nocturna que pasaba el día escondida entre la hojarasca y que era muy difícil de ver. “Vaya pájaro misterioso y vaya nombre, papá!”. Aquella noche no soñé con águilas que anidaban en Olivares, soñé con la zumaya y hoy, más de 30 años después, todavía sigo soñando con ella.
Nota: Con el paso del tiempo el chotacabras cuellirrojo se convirtió en mi tema de investigación principal y escribí una Tesis Doctoral y varios artículos científicos y divulgativos sobre esta especie. Todavía me sigue pareciendo fascinante…"Zumaya" is one of the local names of my favorite bird species ... the red necked nightjar (Caprimulgus ruficollis). I have spent countless hours, days and years observing, searching for, reading about and researching about this bird during more than 30 years.
My relationship with nightjars began when I was just an 8 years old child. I was sleeping in the passenger´s seat of my father´s car while he was driving the car, returning home after a long day in the field. A long day searching for imaginary eagle´s nests in the olive tree plantations… The sweet dreams of a small boy wrapped by the wonderful sounds of a Mediterranean summer night. Little owls greeting the twilight with their beautiful callings, the flutelike sounds of the stone curlews and a myriad of cricket´s voices calling from the darkness. The trail was unpavimented and covered by dust and my father was driving slowly but, suddenly, something crashed with the front window of the car and I wake up in a second. “What is that Dad?” I asked my father with my heart beating very fast, “not sure, it seems that a bird crashed against the car” said my father. He stopped the car and I jumped to the trail. In the middle of the track, under the light beans of the car, there was a bird about the size of a turtle dove lying on the dust. “ Too bad that it is dead. Poor boy” said my father taking the lifeless body of the bird to show me. His velvet like eyes were amazingly huge, dark and beautiful, the bill and feet were really small and its feathers were soft like a whisper, nicely patterned in brown, black and grey color. I have never seen a bird like that. My father told me that it was a zumaya, a nocturnal bird that spent the day in the ground, hidden between the dead leaves and that it was really difficult to spot. “What a mysterious name and bird Dad!”
That night my dreams were not about golden eagles nesting on olive trees. I dreamed about the zumaya and today, more than 30 years later, I am still dreaming about it.
Footnote: With the passing of the years, the red necked nightjar became my main research topic and I wrote a PhD dissertation and several scientific papers about the behavior of this species. Today, my fascination for this bird still remains the same…
1 comentario:
Una preciosa historia querido amigo, me alegro que la hayas compartido, algo leí de ella en tu articulo de BPN. Y yo añado que además de bonita tiene un nombre evocador y bonito...Zumaya...
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