

A veces basta con un humilde tejado, con tejas de arcilla cubiertas de líquenes por el paso del tiempo, una hermosa luz de amanecer, un ventanuco al que las aves están acostumbradas a ver asomar teleobjetivos y la compañía de un amigo para disfrutar de una fantástica sesión fotográfica. Estas fotos son de uno de esos días, hace ya un par de años, cuando aún usaba aquel fantástico 300 VR. En uno de los silos que gestiona ANSER.
2 comentarios:
Fantásticas fotos, fantástico lugar y fantástico teleobjetivo!!! E inmejorable fotógrafo, claro...
Un saludo
Muchas gracias Enrique. Admiro mucho tu trabajo así que me alegra mucho saber que te gustaron las fotos :-)
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