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jueves, 23 de junio de 2011

Sol, cucharas, lluvia y ruido (Superfoto Naturaleza)


Acaba de salir a los kioskos un nuevo ejemplar de la revista Superfoto Naturaleza y en este número vuelvo a publicar un artículo sobre fotografía de patos cuchara aunque, en realidad, se trat de un artículo sobre ruido digital, condiciones meteorológicas adversas y el lado menos "fotogénico" de la naturaleza. Os dejo aquí el principio del texto... por si os interesa ;-)

"Me cuenta mi amigo John que cuando hace una sesión con patos suele fotografiar sólo a los que llenan el encuadre, a los que reciben la luz desde un determinado ángulo, a los que tiene mejor plumaje, a los que están haciendo algo interesante o a los que vuelan sobre un fondo homogéneo y del color adecuado y que, a pesar de todas esas exigencias, en un par de horas puede volver a su casa con una cantidad de buenas fotos que prefiero no mencionar. Yo le contesto que el día que consigo un par de imágenes, de un pato volando (recortado) o posado (también recortado, por supuesto) y con una luz medio decente, me puedo dar con un canto en los dientes. Lógicamente, esto último no se lo digo exactamente así ya que su vocabulario en español no va más allá de conceptos elementales como “paella” y “más jamón, por favor” y mi limitado inglés no me permite grandes excesos a la hora de traducir al californiano una expresión tan profundamente ibérica.

Por supuesto John es mucho más purista que yo en esto de la fotografía de aves y ni se le ocurre hacer algunas de las “atrocidades” que yo me atrevo a cometer. Se horrorizó cuando le mostré unas fotos de patos cuchara azotados por un chaparrón de órdago realizadas a una ISO indecente y llenos de ruido digital o cuando le mandé unas fotos de un pato aterrizando, a contraluz, y que ocupaba un pequeñísimo trocito del fotograma. “Pretty nice bunny dust Juan” -va y me suelta el tío- y yo, claro, no acabo de captar qué diantres quiere decir eso de “Tienes una mota de polvo en el sensor” hasta que caigo en la cuenta de que se trata de sarcasmo guiri.

Más de una vez le he comentado que, con las facilidades que dan por allí las aves, no entiendo como no tiene imágenes a contraluz, con encuadres abiertos, con fondos que muestran detalles del hábitat o con mal tiempo. “Nunca lleve al sur de California” dice él, escudándose con guasa en el tópico de la canción pero la verdad es que mi amigo sólo fotografía cuando la luz es tan buena que la calidad de las imágenes está libre de toda mácula. Calidad, entiéndase, desde un punto de vista fotográfico puro y duro (ausencia de ruido digital, desenfoque o movimiento, definición impecable, ángulo de luz ideal, fondos con tal o cual característica, etc, etc). Si un extraterrestre viera su portafolio se llevaría una idea muy equivocada de la naturaleza de este terruño que tenemos por planeta ya que aquí no siempre luce el sol, ni siempre la luz es suave y saturada, ni la climatología acompaña, ni las aves miran todo el tiempo en la dirección adecuada."

viernes, 28 de enero de 2011

Cucharas: luces y vuelos

Los cucharas este año se han portado muy bien y en un par de días que les dediqué me regalaron un montón de oportunidades fotográficas además con condiciones de luz y ambientales muy diferentes lo que ha añadido interés a las 2-3 visitas que les he hecho. La última entrada que publiqué sobre los cucharas estaba dominada por la presencia de condiciones de luz adversas y lluvia intensa, algo que fue bastante divertido y gratificante para fotografiar porque yo no soy muy purista y cada vez me gusta más fotografiar a las aves en su vida cotidiana y no solo cuando la luz es espléndida. Vamos, que cada vez me importa menos el ruido digital, la ISO alta y la definición absoluta, al menos, cuando las condiciones ambientales no dejan otra alternativa.
Si bien la mañana fue agradable sólo para las ranas, por la tarde la lluvia dio una tregua y un tímido sol se dejó ver entre las nubes lo que nos permitió disfrutar de una luz buena y muy cambiante durante un par de horas. Resultado de esa tarde son los vuelos que acompañan esta entrada. He seleccionado imágenes con tres tipos de luz muy diferente:

Luz contrastada lateral y baja: Poco antes de la puesta de sol la luz era más saturada e intensa pero disminuía rápidamente. Los patos que llegaban a la laguna para dormir usaban una trayectoria en la que la luz era lateral y la luz disminuía muy rápidamente así que usé el objetivo sin teleconvertidor y con ISO alta (800-1000).


Luz en contra: En estos contraluces sobreexpuse bastante para crear imágenes en clave alta. En photoshop se ha realzado el contraste y la saturación. Poco más.

Luz suave a favor: El sol muy tamizado por las nubes crea una luz muy suave, muy poco contrastada, que me gusta mucho. En estas imágenes subí un poquito la temperatura de color para corregir los tonos fríos de esta luz.



Como siempre, vuestros comentarios, críticas y preguntas son bienvenidas :-)

lunes, 10 de enero de 2011

Lluvia, ruido digital, subexposición y… ¡esto es lo que hay!

Me preocupo mucho por la calidad de las imágenes que hago y por el procesado que les aplico para conseguir estrujar hasta la última partícula de calidad que pueda haber en una imagen. Como yo, hay muchos que hacen lo mismo e incluso hay gente que lleva tal preocupación al extremo. Tanto es así que sólo fotografían cuando la luz es tan buena que la calidad de las imágenes está libre de toda mácula. Calidad, entiéndase, desde un punto de vista fotográfico puro y duro (ausencia de ruido digital, desenfoque o movimiento, definición impecable, ángulo de luz ideal, fondos con tal o cual característica, etc, etc). Si un extraterrestre viera el portafolio fotográfico de bastantes fotógrafos se llevaría una idea muy equivocada de la naturaleza de este terruño que tenemos por planeta ya que no siempre luce el sol, ni siempre la luz es suave y saturada, ni la climatología acompaña. Pero no se puede olvidar que la calidad de una imagen no se mide simplemente por la ausencia de ruido, saturación y todas esas cosas, sino que también entran en juego otros aspectos. El otro día, junto con otros tres amigos chiflados, nos fuimos a casi 300 km de distancia para pajarear y fotografiar aves. Un tiempo de perros anunciaban todas las fuentes: 100% de probabilidad de lluvia intensa, tormentas y cielos grises todo el día. Y por mucho que mirara y mirara en internet, las previsiones no cambiaban. Así que allá que nos fuimos, cargados de mantecados, bocadillos de jamón y Almax, contra viento y marea ya que nos había costado casi seis meses cuadrar las fechas para poder reunirnos los cuatro. Después de tres horas en el coche, bajo una lluvia de narices, estábamos llegando al destino sin parar de decir “Mira, parece que está parando la lluvia”, “Me ha parecido ver un claro entre las nubes”, “¿Es aquello un rayo de sol?” y cosas por el estilo. Pero nada, lluvia por un tubo. Los patos cuchara estaban dónde debían estar, ajenos a la lluvia, los relámpagos y los truenos de una tormenta de libro. Como peces en el agua. Nosotros refugiados en el observatorio de madera, a resguardo de la lluvia, veíamos caer la cortina de agua y los cucharas yendo y viniendo y yo, por supuesto, haciendo fotos. !No me voy a plantar a 300 km para nada!

En algunos momentos la cortina de agua era realmente intensa y las aves ni siquiera se atrevían a volar lo que permitió usar velocidades de exposición un poco más lentas de lo que habitualmente uso y así poder captar la sensación de lluvia que se aprecia en la parte superior del fotograma. Una velocidad demasiado lenta hubiera incrementado esta sensación pero hubiera afectado a la definición de las salpicaduras. Encuadre original.

Las condiciones de luz eran realmente pésimas, mucha oscuridad, poco contraste y colores desaturados por lo que hacer fotos pasaba por configurar el equipo al límite de las posibilidades técnicas o más allá de éstas. Fuera teleconvertidor, máxima apertura e ISO por las nubes (entre 1000 y 1250). A pesar de todo, no había luz suficiente. Por supuesto, había que olvidarse de sobreexponer… y de exponer correctamente también. Tocaba subexponer más de un punto lo que significa que habría que procesar mucho, que las imágenes perderían mucha definición y que iban a estar adornadas con mucho, mucho, ruido.

Cuando la intensidad de la lluvia aflojaba algunos patos se animaban a volar pero, a pesar de que la luminosidad efectiva aumentaba un poco, la necesidad de una velocidad de obturación muy alta obligaba a usar ISO muy alta con la consiguiente subexposición y generación de ruido. En esta imagen se ha mantenido la falta de contraste original para respetar la atmósfera y el ambiente reinante en la escena. Me llamó la atención descubrir que en muchos fotogramas los machos aparecen con las plumas de la espalda erizadas pero no las hembras algo que nunca antes había podido percibir. Reencuadrada a 8Mp.

“¡Esto es lo que hay!” Las opciones eran sencillas, no hacer fotos impolutas o hacer fotos de poca calidad pero de tremendo potencial gráfico y documental. Y es que en el campo, a veces, llueve y caen chuzos de punta y el cielo está negro como el sobaco de un grillo y si quieres retratar la vida de los animales (no solo los momentos más idílicos de su existencia) hay que asumir que para hacerlo tienes que vivir con el ruido digital, la subexposición y todas esas cosas.

En algunos momentos la tremenda fuerza de la lluvia no impedía la llegada de patos. Para congelar su aterrizaje se usó un ISO muy alto y en este caso se ha respetado el ruido original ya que un procesado intenso hubiera afectado mucho a las gotas de lluvia, creando un efecto irreal. Reencuadrada a 7Mp.

La vida de los patos está llena de días como éste y me apetecía plasmarlo en imágenes. Aves volando en medio de la cortina de agua, alimentándose o descansando. El miedo a los relámpagos y a los truenos, la luz del sol que viene después de la tormenta y todas esas cosas. Aaaay, cómo me hubiera gustado tener a mano una D3s.

Dos momentos de una misma escena. En el primero, un relámpago pone en alerta a la pareja de cucharas que levanta el vuelo cuando el tremendo retumbar del trueno hace que hasta el observatorio de madera se estremezca. Reencuadradas a 10,5Mp aproximadamente.

En algunos momentos la luz mejoró un poco permitiendo imágenes más saturadas y contrastadas aunque sin posibilidades de bajar de ISO altas. La impermeabilización de las plumas de las anátidas es tan eficaz que incluso en vuelo se pueden apreciar las gotas de agua sobre la cabeza de este macho adulto. Reencuadrades de 6 y 10Mp respectivamente.

Por cierto, la tarde mejoró y al final el sol nos premió con algo de luz, espléndida, dorada y más radiante que nunca y cayeron buenas fotos pero eso vendrá en otra entrada ;-)

En lo que al procesado se refiere, los RAW subexpuestos se parecen poco a la luz que en algunos momentos había. No todo fue gris y sin contraste. En algunas ocasiones había saturación de color y, por supuesto, mucha más calidez en la temperatura del color de lo que apuntan los RAW. En el procesado quería ser fiel a la luz que había y para ello tomé, a lo largo de toda la mañana, varias fotos sobreexpuestas que me sirvieran de referencia a la hora de procesar.

domingo, 2 de enero de 2011

Acción, encuadres y teleconvertidores

Nikon D300, AFS Nikkor 500VR + 1,7X-TC, 1/3200s, f6,5, exposición manual, encuadre completo, trípode y wimberly head casi a ras de suelo. sin hide.

La fotografía de acción requiere grandes dosis de concentración y anticipación al momento lo que, al menos para mí, la hace particularmente atractiva, divertida y gratificante. Por lo general, para fotografía de acción de aves siempre intento dejar bastante margen para corregir con un recorte ya que cualquier previsión que se haga sobre la cantidad de espacio que hay que dejar alrededor del sujeto se ve drásticamente alterada en milésimas de segundo por el batir de alas.


El otro día estuve fotografiando cucharas durante la mayor parte de la tarde bajo una luz magnífica e intensa que permitía forzar mucho los parámetros de disparo y la configuración de la cámara. Las aves estaban a una distancia tan buena que era posible disparar con el 500 a pelo, con el 1,4X-TC y con el 1,7X-TC ya que había muchos patos entre los que elegir.

Quería conseguir una buena imagen de acción, a formato completo, de un macho aleteando tras el baño, una secuencia de comportamiento fácilmente previsible ya que se pone de manifiesto por determinados indicios que muestra el ave justo antes de hacerla. Como muchas otras cosas en la vida de las aves, esta pauta la realizan contra el viento, y aquel día no tenía una dirección del viento paralela al sensor de la cámara por lo que en todas las fotos, los patos miran en dirección NNO. Hubiera preferido que miraran al N, al O ó al E pero la naturaleza no es un estudio fotográfico dónde se puedan controlar todos los factores.

También tenía en mente hacer alguna foto de despegue pero cuando levantaban el vuelo , lo hacían en la misma dirección. Con la configuración que había puesto en el equipo descartaba los aterrizajes ya que hubieran necesitado de unos ajustes radicalmente diferentes y encuadres bastante más abiertos. Como todos los patos de superficie, los cucharas despegan como un misil agua-aire, a base de pechuga, alas y patas y sin tomar impulso como los patos buceadores que corren por la superficie y necesitan mucha pista de despegue. Los dos tipos de patos aterrizan de igual forma, deslizándose por el agua y frenando el impulso en un espacio muy grande, de ahí que sea necesario un encuadre y configuración diferente. El concepto de enfoque también es radicalmente opuesto. En un despegue, el sujeto está inicialmente enfocado y cuando despega se puede salir de la zona de enfoque. Al aterrizar es justo al contrario, la posición inicial es desenfocada y una vez adquirido el enfoque es más fácil mantenerlo (por supuesto, siempre en el contexto en el que yo me encontraba con un ángulo de disparo muy bajo).

La verdad es que ese día quería probar muchas cosas porque la luz era buena y los patos abundantes, cercanos y confiados. Tenía especial interés en ver el comportamiento del 1,7X-TC para la acción con buena luz.

Al terminar la sesión, tenía varias secuencias de aleteo, zambullidas, cortejos y algunos despegues muy satisfactorios y bastantes conclusiones sobre lo que había probado. La principal de todas es que perdí bastantes fotos de acción por las limitaciones de mi equipo al intentar hacer encuadres completos y eso a pesar de que tengo la suerte de usar un material de altísima calidad. A pesar de las condiciones idóneas y usar un teleconvertidor muy potente, que se portó bastante mejor de lo esperado, la dificultad para encuadrar es extrema por lo imprevisible de la situación que varía en décimas de segundo. Para poner en contexto lo vertiginosos de la situación hay que considerar que el ser humano necesita casi un segundo en reaccionar tras un estímulo por lo que si disparamos cuando el ave despega habremos perdido de seis a ocho fotogramas y varios golpes de ala y el cuchara estará, casi con seguridad fuera del encuadre o de la zona de enfoque. En la imagen que acompaña a esta entrada, a pesar de comenzar a disparar cuando intuí que el ave iba a despegar solo conseguí meterlo entres fotogramas y tan solo en uno no salió cortado ni desenfocado.

En este caso, usar el 500 a pelo o un teleconvertidor a mayor distancia me hubiera permitido reducir los problemas de profundidad de campo y de alas cortadas ya que hubiera podido reencuadrar sobradamente. La calidad de la luz hubiera permitido hacer recortes indecentemente grandes como se puede ver en el retrato adjunto de una hembra de cuchara por lo que las pérdidas de calidad de imagen no eran un factor a tener en cuenta (con luz escasa es otra historia, por supuesto).

Unas veces, el formato completo es la mejor opción y otras el recorte es lo que nos da un buen resultado. Conseguí mi despegue de cuchara, acercándome mucho y con un teleconvertidor 1,7X-TC (que es un lastre para enfocar) pero perdí muchos más y, mañana, si vuelvo a los cucharas, la sesión será con recorte. Por supuesto descarto usar el 500 a pelo con un hide ya que aunque me acercara más a las aves para compensar la ausencia del teleconvertidor estaría muy limitado en ángulo de disparo y en maniobrabilidad para la acción.

Como siempre, vuestras preguntas, comentarios y críticas constructivas son bienvenidas.

martes, 28 de diciembre de 2010

Tiempo de cambios para el blog

Se avecinan tiempos de renovación en el blog. Me apetece darle un cambio estético, de concepto y de contenidos. No es que vaya a dejar de lado las aves -faltaría más- pero cada día que pasa me apetece más añadir cosas más conceptuales, fotografías de otras temáticas no vinculadas a la naturaleza e incluso creaciones digitales que mezclen pintura digital, tradicional y fotografía. Alguna cosita ya he dejado caer por aquí.

Bueno, eso será en el año que entra pero, de momento hoy voy a subir algo de mi última escapada al campo. Un día glorioso en lo que a luz y aves se refiere, agotador pero muy divertido en compañía de mi buen amigo Juanma Delgado.
Volvimos a casa con una enorme cantidad de imágenes de aves, muy satisfactorias desde un punto de vista ornitológico y fotográfico. También hubo posibilidad de hacer cosas creativas jugando con la luz, la acción y la composición. Las fotos de esta entrada se aproximan más a mi lado pictórico que al fotográfico y, aunque no lo parezca, tienen un procesado realmente simple que se reduce a ajuste de niveles, reducción de ruido, corrección de temperatura de color (añadí calidez porque el sol ya casi se había ocultado y las sombras producen unos azules tremendos) y saturación (una buena cantidad, que se aleja bastante de lo que se aprecia en el RAW pero que se asemeja a la fantástica luz que recuerdo que había). Aprovecho para apuntar que mis RAW son totalmente planos, carentes de saturación, contraste y definición ya que prefiero aplicar esos parámetros personalmente, durante el revelado y el procesado.
Ambas fotos están hechas a una ISO indecente (1000 o 1600 si mal no recuerdo) que, dada la falta de luz, se traduce en una importante pérdida de definición en los patos, un detalle que no me importa mucho ya que la “salsa” de estas imágenes se saborea desde un punto de vista global, no mirándolas con una lupa. Los dos fotogramas están separadas por tan sólo un par de minutos y por tan solo unos grados en la dirección de disparo.
Ambas están realizadas con el 500mm (y creo que con el 1,4X-TC también), a pulso.

La primera de las fotos es una montaña de sal que hay junto a la laguna donde medran los cucharas y el color rosa intenso es producto del sol que estaba a punto de ocultarse. En esta foto hay una ramita desenfocada en la esquina inferior derecha que me fastidia bastante. No la vi en el momento de hacerla y, aunque ahora pueda clonarla en photoshop, hubiera sido tan fácil evitarla... aaaarrrgggg!!!

En la imagen de los patos cuchara, hay uno que se queda demasiado cerca del borde izquierdo lo que no me acaba de gustar. Como se trata de una foto recortada voy a ver si con otro recorte o en otro fotograma no aparece tan pegado a la izquierda. En esta imagen se aprecia bastante ruido digital cuando se observa al 100% debido al uso de una ISO muy alta, a la falta de luz y al procesado.
Una ISO muy alta con buena luz tiene mucho menos impacto que en una foto con poca luz, especialmente en las zonas oscuras. El sol estaba tan bajo que la luz no alcanzaba la lámina de agua, bloqueada por los tarajes de la orilla. Esto supuso que tuve que subexponer bastante para contar con una velocidad de exposición lo suficientemente alta. Es decir, en photoshop he tenido que recuperar bastante exposición y eso genera más ruido aun, y pérdida de detalle pero el resultado me gusta y mucho. ;-)
Como siempre, vuestros comentarios y críticas son bienvenidas.