Nikon V1, FT1, AFS Nikkor 500VR, exposición manual, sin hide
Hace ya un par de meses publiqué un par de entradas en el blog con unas imágenes de
malvasía que acababa
de realizar en uno de los lugares en los que menos hubiera esperado encontrarme
con esta especie. Una gravera ubicada a unas decenas de metros de una
urbanización y en la que un montón de aves se ha acostumbrado al trasiego continuo de paseantes,
observadores de aves, ciclistas, bañistas y otros personajes humanos. Ya me
pareció sorprendente ver lo confiadas que se mostraban las aves pero más
sorprendente aún me pareció encontrarme con que patos colorados y
malvasías paseaban a sus tropas de patitos delante de mis narices y con toda la tranquilidad del
mundo. Es increíble lo rápido que los animales aprenden a mostrar confianza
ante los humanos en lugares en los que saben que no corren peligro.
Una pena que en el momento de fotografiar a la familia de malvasías la luz no acompañaran y que tuviera que hacerlas a pulso y casi de puntillas para poder evitar los carrizos que había delante.
Por cierto, nadie podrá decir que las pequeñas malvasías no son clavadas a su madre ¿verdad? ;-)
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