miércoles, 28 de diciembre de 2011

Bronce líquido

 
 
 
 Nikon D300, AFS Nikkor 500VR+1,4X-TC, trípode, exposición manual, sin hide 

Cada vez que este macho de ánade rabudo sacaba la cabeza del agua, una delicada película de agua se mantenía en el plumaje debido a su impermeabilidad. Durante apenas unas décimas de segundo, el agua se escurría por la cabeza, formando una etérea cortina de agua justo debajo del pico. Durante ese breve lapso de tiempo, imperceptible para la realidad del ojo humano, la cabeza del ánade se convería en una especie de bronce pulido, bruñido y brillante. Una textura de color y reflejos maravillosa.
Desde la primera vez que observé este efecto me propuse capturarlo pero hasta el otro día no encontré las condiciones de luz y distancia adecuadas y pude desquitarme a placer. Un montón de imágenes de este tipo aunque ahora, el reto es intentar conseguir este mismo momento pero a modo de retrato de la cabeza.
He comprobado que en cada especie de pato que he fotografiado el agua se comporta de forma diferente y supongo que se debe a la anatomía de cada especie, la textura de las plumas de la cabeza, la composición de la grasa con la que untan el plumaje y la forma en que se alimentan.

2 comentarios:

Jose Maria Llavori Romatet dijo...

Juan unas fotos de traca, el bicho es precioso y tu lo has fotografiado de forma magistral, el efecto del agua un puntazo, todas buenas pero yo me quedo con la tercera de la serie, un gran trabajo.
Un saludo desde Zumaia.

Juan Aragonés dijo...

Muchas gracias José María :-)