domingo, 2 de enero de 2011

Acción, encuadres y teleconvertidores

Nikon D300, AFS Nikkor 500VR + 1,7X-TC, 1/3200s, f6,5, exposición manual, encuadre completo, trípode y wimberly head casi a ras de suelo. sin hide.

La fotografía de acción requiere grandes dosis de concentración y anticipación al momento lo que, al menos para mí, la hace particularmente atractiva, divertida y gratificante. Por lo general, para fotografía de acción de aves siempre intento dejar bastante margen para corregir con un recorte ya que cualquier previsión que se haga sobre la cantidad de espacio que hay que dejar alrededor del sujeto se ve drásticamente alterada en milésimas de segundo por el batir de alas.


El otro día estuve fotografiando cucharas durante la mayor parte de la tarde bajo una luz magnífica e intensa que permitía forzar mucho los parámetros de disparo y la configuración de la cámara. Las aves estaban a una distancia tan buena que era posible disparar con el 500 a pelo, con el 1,4X-TC y con el 1,7X-TC ya que había muchos patos entre los que elegir.

Quería conseguir una buena imagen de acción, a formato completo, de un macho aleteando tras el baño, una secuencia de comportamiento fácilmente previsible ya que se pone de manifiesto por determinados indicios que muestra el ave justo antes de hacerla. Como muchas otras cosas en la vida de las aves, esta pauta la realizan contra el viento, y aquel día no tenía una dirección del viento paralela al sensor de la cámara por lo que en todas las fotos, los patos miran en dirección NNO. Hubiera preferido que miraran al N, al O ó al E pero la naturaleza no es un estudio fotográfico dónde se puedan controlar todos los factores.

También tenía en mente hacer alguna foto de despegue pero cuando levantaban el vuelo , lo hacían en la misma dirección. Con la configuración que había puesto en el equipo descartaba los aterrizajes ya que hubieran necesitado de unos ajustes radicalmente diferentes y encuadres bastante más abiertos. Como todos los patos de superficie, los cucharas despegan como un misil agua-aire, a base de pechuga, alas y patas y sin tomar impulso como los patos buceadores que corren por la superficie y necesitan mucha pista de despegue. Los dos tipos de patos aterrizan de igual forma, deslizándose por el agua y frenando el impulso en un espacio muy grande, de ahí que sea necesario un encuadre y configuración diferente. El concepto de enfoque también es radicalmente opuesto. En un despegue, el sujeto está inicialmente enfocado y cuando despega se puede salir de la zona de enfoque. Al aterrizar es justo al contrario, la posición inicial es desenfocada y una vez adquirido el enfoque es más fácil mantenerlo (por supuesto, siempre en el contexto en el que yo me encontraba con un ángulo de disparo muy bajo).

La verdad es que ese día quería probar muchas cosas porque la luz era buena y los patos abundantes, cercanos y confiados. Tenía especial interés en ver el comportamiento del 1,7X-TC para la acción con buena luz.

Al terminar la sesión, tenía varias secuencias de aleteo, zambullidas, cortejos y algunos despegues muy satisfactorios y bastantes conclusiones sobre lo que había probado. La principal de todas es que perdí bastantes fotos de acción por las limitaciones de mi equipo al intentar hacer encuadres completos y eso a pesar de que tengo la suerte de usar un material de altísima calidad. A pesar de las condiciones idóneas y usar un teleconvertidor muy potente, que se portó bastante mejor de lo esperado, la dificultad para encuadrar es extrema por lo imprevisible de la situación que varía en décimas de segundo. Para poner en contexto lo vertiginosos de la situación hay que considerar que el ser humano necesita casi un segundo en reaccionar tras un estímulo por lo que si disparamos cuando el ave despega habremos perdido de seis a ocho fotogramas y varios golpes de ala y el cuchara estará, casi con seguridad fuera del encuadre o de la zona de enfoque. En la imagen que acompaña a esta entrada, a pesar de comenzar a disparar cuando intuí que el ave iba a despegar solo conseguí meterlo entres fotogramas y tan solo en uno no salió cortado ni desenfocado.

En este caso, usar el 500 a pelo o un teleconvertidor a mayor distancia me hubiera permitido reducir los problemas de profundidad de campo y de alas cortadas ya que hubiera podido reencuadrar sobradamente. La calidad de la luz hubiera permitido hacer recortes indecentemente grandes como se puede ver en el retrato adjunto de una hembra de cuchara por lo que las pérdidas de calidad de imagen no eran un factor a tener en cuenta (con luz escasa es otra historia, por supuesto).

Unas veces, el formato completo es la mejor opción y otras el recorte es lo que nos da un buen resultado. Conseguí mi despegue de cuchara, acercándome mucho y con un teleconvertidor 1,7X-TC (que es un lastre para enfocar) pero perdí muchos más y, mañana, si vuelvo a los cucharas, la sesión será con recorte. Por supuesto descarto usar el 500 a pelo con un hide ya que aunque me acercara más a las aves para compensar la ausencia del teleconvertidor estaría muy limitado en ángulo de disparo y en maniobrabilidad para la acción.

Como siempre, vuestras preguntas, comentarios y críticas constructivas son bienvenidas.

1 comentario:

Balaphoto dijo...

Magníficas foto,Bon any!!!!

Francesc,

http://balapertotarreu.blogspot.com